La receta de hoy está inspirada en una que hizo Enrique Sánchez en su programa "Cómetelo" que sigo habitualmente con alguna variante como las pasas que Enrique le pone a la base de la tarta, yo las he suprimido, ya que mi yerno es alérgico a las pasas, por lo demás es prácticamente idéntica a la receta de Enrique, con alguna variación en las cantidades.
Otra aclaración que me gustaría hacer es que como podéis comprobar en los ingredientes a las avellanas las llamo "avellanas cordobesas". Esto es debido a que en Andalucía a los cacahuetes los llamamos también avellanas y para distinguirlas a las avellanas las llamamos por esta tierra avellanas cordobesas.
Para la elaboración de la misma he utilizado los siguientes
Ingredientes.- (para 8-10 personas)
Elaboración:
Para la base de la tarta, trituramos las galletas (yo lo hago con la picadora de la batidora) y una vez trituradas las mezclamos con la mantequilla derretida. Añadimos a esta mezcla la copita de vino dulce y mezclamos hasta que tengamos una pasta homogénea.
Seguidamente cubrimos la base de un molde desmontable de 26 cm. de diámetro con papel vegetal y untamos ligeramente las paredes laterales del molde con papel de cocina impregnado en aceite y repartimos la mezcla anterior por toda la base, apretando bien para que quede compacta. Guardamos en el frigorífico para que la mantequilla cuaje mientras preparamos la tarta.
Para la tarta, mezclamos los quesos en un bol y añadimos los huevos y el azúcar. Batimos con la varilla de la batidora y una vez todo bien batido le incorporamos el vaso de café y la cucharada del aroma de vainilla.
A continuación pasamos por la picadora de la batidora 60 g de avellanas hasta que estén bien molidas y las añadimos a la mezcla anterior junto con la harina tamizada y terminamos de batir, muy suavemente, hasta que no haya grumos.
Vertemos entonces toda la mezcla sobre la base de la tarta y cocinamos, en el horno precalentado con ventilador, a 170ºC, durante 50 minutos aproximadamente; dependiendo de lo cuajada que queramos la tarta.
Una vez horneada, apagamos el horno, la dejamos atemperar y la guardamos al frío.
Este tipo de tartas, yo suelo hacerlas la víspera por la tarde y la tengo toda la noche en el frigorífico.
Al día siguiente y cuando la vayamos a consumir ya sólo nos queda desmoldarla y preparar el crumble para ponérselo por encima.
Para el crumble, trituramos un poco las galletas con los dedos y mezclamos con las avellanas troceadas con el cuchillo.
Añadimos una pizca de canela molida, 3 cucharadas de azúcar moreno y 50 g de mantequilla fría cortada en daditos. Mezclamos bien con los dedos y lo disponemos encima para terminar la tarta. Y finalmente espolvoreamos con azúcar glass.
Y éste sería el aspecto que tendría nuestra tarta de tiramisú con avellanas.
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