jueves, 4 de noviembre de 2021

Codillo a la cerveza

El codillo es una receta perfecta para un día especial. Aunque es una carne que requiere mucha cocción, todo el trabajo lo hace el fuego y el horno.

Para conseguir un resultado espectacular, es fundamental que cuando cocinemos el codillo, la carne quede muy tierna. Esta receta es de los hermanos Torres, aunque yo la he modificado ligeramente y le he añadido alguna cosa de otra receta de cochinillo crujiente, también de estos dos hermanos catalanes.

Vamos, pues con la receta tal y como yo la hago


Ingredientes: (para 10-12 personas)

 
 
8 codillos frescos (6 kg. aprox.) 
6 zanahorias medianas
3 cebolla
3 hoja de laurel
9 dientes de ajo enteros con piel
450 ml de cerveza rubia
1'5 cucharada/s de mostaza a la antigua
Sal y pimienta al gusto
Una nuez de mantequilla (25-30 gr)
Una ramita de tomillo
Una ramita de romero
Pimienta negra en grano
Aceite de oliva

 

 

Elaboración:

Ponemos a calentar en una cazuela amplia donde quepan muy bien las piezas de codillo con un chorrito de aceite de oliva.

Mientras el aceite coge temperatura, salpimentamos los codillos al gusto.
 
Ponemos los codillos en la cazuela y los sellamos muy bien por todos lados. Es decir, lo cocinamos a fuego vivo para que se dore la piel. sin que se hagan por dentro, solo que se cocinen por fuera.

 

 
Mientras tanto, pelamos y picamos la cebolla y la zanahoria en trozos grandes. Cuando los codillos estén dorados, los sacamos de la cazuela y los reservamos.
 
En la misma olla, le añadimos un chorrito más de aceite y le incorporamos la zanahoria y la cebolla picadas, las hojas de laurel  y los dientes de ajo enteros a los que le habremos dado un golpe con la hoja del cuchillo. Sofreímos las verduras durante unos minutos.
 
 

 
A continuación, incorporamos los codillos a la cacerola, los regamos con la cerveza y le añadimos la mostaza, una ramita de tomillo, otra de romero y unos granos de pimienta negra. Subimos el fuego y dejamos que evapore parte del alcohol.

Seguidamente, añadimos agua hasta cubrir algo más de la mitad de la carne y ponemos a  punto de sal. Dejamos que rompa a hervir en el fuego.
 
 

 
Mientras tanto, se precalienta el horno a 180 grados, con calor arriba y abajo.
 
En el momento en que el agua empiece a hervir, tapamos la cazuela y la introducimos en el horno.

Cocinamos el codillo a la cerveza a 180 grados durante 2,5-3 horas, hasta que al pincharlo con un palo de brocheta veamos que la carne está muy muy tierna.

 


Entonces, sacamos los codillos de la cazuela y colamos el caldo. Ponemos a calentar el caldo en una cazuela ancha a fuego muy alto y metemos los codillos. Le añadimos la nuez de mantequilla y vamos bañando los codillos con la salsa a medida que reduce durante unos 8-10 minutos hasta que la salsa esté muy espesa y brillante (tiene que tener una textura untuosa) y el codillo tiene que estar muy lacado.

 


Y éste sería el aspecto final de nuestro codillo a la cerveza. Espero que os guste.
 
 

 
Lo típico es acompañarlo con unas patatas fritas panadera, aunque aquí entra ya el gusto de cada uno y lo podríamos también acompañar con alguna verdura hervida, con arroz en blanco, con puré de patatas, en definitiva, con aquello que más nos guste a cada uno.

 

 

 

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