Esta tarta de tres chocolates, para el que le gusta el chocolate, que suelen ser casi todos los niños, lo tiene todo porque va repleta de chocolate, su textura cremosa es de lo más apetecible y además es fácil de preparar. Es de mis recetas favoritas con chocolate porque, además de todo lo que he comentado, su apariencia es fantástica y se puede decorar de forma sencilla y queda fenomenal.
Lo único que hay que tener es un poco de paciencia para esperar que se haya solidificado bien una capa para echar la otra y ya, al no llevar horno, lo demás lo hace todo el frigorífico.
También es aconsejable, en la medida en que podamos, que usemos un chocolate de calidad, ya que cuanto mejor sea el chocolate más rica nos va a quedar.
Ingredientes: (para 6-8 personas, molde de 20-22 cm.)
150 gr de chocolate negro
600 ml de nata para montar (200 cada capa).
600 ml de leche (200 cada capa)
3 sobres de cuajada en polvo (1 cada capa)
Para decorar:
Algún trocito de cada uno de los 3 chocolates.
Elaboración:
Lo primero es triturar las galletas. Para ello, puedes introducirlas en una bolsa y pasarles un rodillo por encima o utilizar una picadora, mortero, batidor de vaso o robot. Yo he utilizado un batidor de vaso, en pocos segundos están trituradas muy finas.
Ahora vamos a preparar la primera capa de chocolate, las otras dos se preparan exactamente igual.
Podemos empezar por el chocolate que queramos, (esto va un poco en función de lo que tengamos al final para decorar, si tenemos por ej. virutas de chocolate, lacasitos ó algo que sea de tonos oscuros, lo normal es que la última capa sea el blanco, para que resalte mejor, pero si la vamos a decorar por ej. con azúcar glass, pues lo suyo es que la última capa sea el negro ó el con leche para que nos quede más bonita), en este caso vamos a empezar por el chocolate negro, después con leche y por último blanco.
En un cazo echamos la nata para montar (200 ml) con la mitad de la leche (100 ml) a fuego medio.
Cuando empiece a hervir añadimos el chocolate negro troceado y lo vamos moviendo con unas varillas para que se derrita por completo.
Mientras ponemos el resto de la leche (100 ml) en un bol y diluimos en ella el sobre de cuajada en polvo, dándole vueltas con una cuchara para asegurarnos de que no queda ningún grumo.
Cuando el chocolate esté completamente derretido, subimos el fuego hasta que llegue a ebullición y en ese momento se vierte la cuajada disuelta en leche sin dejar de remover con las varillas.
Cocinamos 2 minutos para que espese un poco, lo apartamos del fuego y lo vertimos en el molde sobre la mezcla de galletas de la base.
Esperamos entre 5 y 10 minutos a que se enfríe un poco a temperatura ambiente y lo metemos el molde en la nevera otros 5-10 minutos.
Cuando comprobemos que ha cuajado, es decir, si movemos el molde y no se aprecia una capa líquida en el interior de la tarta y podemos tocarla sin que el dedo quede marcado, ya podemos empezar a preparar la siguiente capa con el chocolate con leche exactamente igual.
Lo normal es mientras se va enfriando fregamos las varillas y el cazo para volver a utilizarlos.
Hacemos la misma operación con el chocolate con leche,
Y finalmente la terminamos con la capa de chocolate blanco
Cuando tengamos las 3 capas de chocolate en el molde, lo dejamos atemperar un poco y lo introducimos en el frigorífico y lo tenemos que dejar reposar un mínimo de 4 horas, aunque yo lo que suelo hacer es prepararla el día anterior y dejarla toda la noche en el frigorífico.
Cuando vayamos a servirla la sacamos de la nevera al menos 30 minutos antes para que no esté muy fría.
Para decorarla, la imaginación al poder, podemos recortar una forma en un folio, en este caso ha sido un círculo, poner el folio encima de la tarta y espolvorear cacao puro en polvo haciéndolo pasar por un colador. Se pueden raspar de los tres tipos de chocolate con un pelador y sacar unas virutas de chocolate y esparcirlo por encima. La podemos adornar con unas gotas de chocolate que ya venden hechas, con unos lacasitos, si queremos darle un poco de colorido. En fin, aquí ya cada uno que desarrolle su capacidad de imaginación.
En nuestro caso, éste es el aspecto final de nuestra tarta de tres chocolates.
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