La Pipirrana es el plato típico por excelencia de la cocina de Jaén. Se trata de un plato de verano que se hace con los tomates y pimientos de la huerta, huevos y atún, pero su característica más importante es el majado que lleva a base de ajos, sal, la yema de huevo cocida y aceite de oliva virgen extra.
Lo típico es servirla en un dornillo de madera bien fresquita, pero no todo el mundo tiene dornillo, a falta de dornillo en otro tipo de fuente, y sobre todo y muy importante es que hay que dejarla reposar unas horas para que se ponga fresquita y se integren bien todos los sabores y ya está lista para comerla, ah y no hay que resistirse a mojar pan en el caldo de la pipirrana.
En mi familia la que le dá mejor punto y por lo tanto la que suele hacerla es mi hija Rocío y con un buen pan os aseguro que está riquísima.
Para su realización utiliza los siguientes
Ingredientes: (para 8-10 personas)
Elaboración:
Lo primero que haremos es cocer los huevos, ponemos un cazo con agua al fuego y cuando empiece a hervir le echamos un puñado de sal e introducimos los huevos, esperamos que vuelva a hervir y los mantenemos cociendo 12 minutos. Pasados los cuales, apagamos el fuego y los ponemos debajo del grifo con agua fria para interrumpir la cocción, los dejamos enfriar y reservamos.
Mientras están cociendo los huevos podemos ir pelando los tomates, bien los escaldamos unos segundos en agua hirviendo ó bien los pelamos por el sistema tradicional, eso ya en función de la cantidad que hagamos y de las ganas que tengamos de pelar tomates.
Una vez pelados, los picamos en trozos pequeños y reservamos igualmente.
Cuando lo tenemos ya todo preparado llega el momento más importante y más singular en la elaboración de este plato, que no es otro que el majado.
Lo que antiguamente se hacía en el mortero, ahora lo podemos hacer en la batidora, para ello ponemos en el vaso de la batidora los ajos, los pimientos verdes, la sal, el aceite y las yemas de los huevos y lo trituramos todo muy bien. Tanto el ajo, como la sal al gusto de cada uno. En el aceite procuramos ser generosos para que quede el caldo más trabadito.
En este momento ponemos el tomate picado en la fuente donde vamos a hacer nuestra pipirrana y le añadimos todo el majado, así como las claras de los huevos cocidas y troceadas, y lo mezclamos todo bien.
Por último, le añadimos el atún, bien escurrido, para que nos quede el saborcito del aceite de oliva virgen extra que hayamos elegido.
Y ya la cubrimos con papel film y la ponemos unas horas en el frigorífico, incluso la podemos hacer de un día para otro, para que se ponga fresquita, el tomate suelte su jugo y se mezclen bien todos los sabores y ya está lista nuestra pipirrana de Jaén, bien reposada y con un buen pan.
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