Esta receta, aunque es un clásico de la cocina española, es una aportación que hace al blog el marido de mi hija mayor, Manu, el padre del que nos ha rebautizado a todos, que no es otro que mi nieto, Arturo, que según dice él, es su comida favorita. El punto que le dá él ninguno se lo conseguimos dar. Todos coincidimos y cuando los hacemos en casa siempre le toca hacerlos a él. Para ello, mi yerno utiliza los siguientes
Ingredientes: (para 10-12 personas)
Elaboración:
Lo primero que hacemos es poner en una sarten un poco de aceite de oliva virgen extra y hacemos un sofrito con los dientes de ajo, la cebolla, el pimiento verde y el pimiento rojo, todo muy picadito.
Cuando se haya sofrito un poco, le añadimos la carne picada, le echamos un poco de sal y un poco de orégano y lo sofreimos todo junto unos minutos.
Mientras se está haciendo el sofrito ponemos una olla ó marmita con agua al fuego. Cuando rompa a hervir le añadimos un buen puñado de sal y echamos los macarrones. Cuando vuelva a hervir los tendremos cociendo el tiempo que nos aconseje el fabricante (normalmente viene indicado en la bolsa).
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, apagamos el fuego y escurrimos muy bien la pasta en un escurridor bajo el grifo para interrumpirle la cocción.
A continuación cogemos una fuente ó un bol grande y mezclamos la pasta cocida con el sofrito con la carne que teníamos hecho y le añadimos el tomate frito. Aquí, en la cantidad de tomate ya entra en juego el gusto de cada uno, así como el tipo de tomate, podemos comprar el tomate frito ya hecho, ó incluso podemos hacer nosotros un tomate frito casero.
Lo mezclamos todo muy tien, lo colocamos en una fuente y lo acompañamos de un bol con el queso en polvo, para que cada comensal se sirva a su gusto.
Éste es el aspecto final de los famosos macarrones de mi "yernako" Manu, como yo le digo algunas veces cariñosamente. Animaros a hacerlos y seguro que os van a gustar.
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